miércoles, 3 de diciembre de 2008

La Alfalfa y sus aledaños

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La plaza de la Alfalfa.- Según los datos geológicos y arqueológicos, esa zona es la de más altura sobre el nivel del mar de la Sevilla histórica; concretamente, la calle Aire está a unos quince metros sobre el nivel del mar. Es por tanto la primera tierra que emergió del lago que, en eras geológicas anteriores, cubrió el actual valle del Bajo Guadalquivir. Así, allí se establecieron los primeros poblamientos prerromanos que dan origen a la ciudad de Sevilla.

Los historiados clásicos, avalan la hipótesis de que esta plaza era el centro cívico, social y económico en las diversa etapas de la ciudad hispalense. Por los restos arqueológicos encontrados en este lugar, han esbozado el centro de la ciudad romana y sus principales edificios en esta plaza. Recientemente en el año 2006, en unas excavaciones, en la Plaza de Pescadería, muy cerca de aquí, se ha encontraron un muro de separación, de lo que se supone la obra hidráulica romana más antigua documentada de la ciudad encargada del almacenamiento y distribución del agua traída desde Alcalá de Guadaira. En 1172, Abu Yacub Yusuf, reformaría esta red a través de los caños de Carmona, y este gran deposito de agua para abastecer de agua a la ciudad.

Gran importancia también tenía en la época islámica que ocupará parte de la plaza la Alcaicería de la Loza y se construirá en las proximidades la mezquita de Ibn Adabbas, actual Parroquia del Salvador.

Tras la conquista de la ciudad por los cristianos en 1248, las plazas toman carácter mercantil, los establecimientos más primitivos estaban dedicados a la venta de carnes frescas, junto a vendedores de piensos, especialmente alfalfa, lo que daría nombre popular a la plaza. Por el S XV, aumenta las ventas en esta plaza de hortalizas y verduras se la denomina Plaza de Ensaladero.

En el S. XVI Don Pedro de Navarra, manda construir en las inmediaciones de esta plaza la Carnicería Mayor de la Ciudad, destinada a la venta de la carne del ganado sacrificado en el matadero situado extramuros de la Puerta de la Carne.

En la Sevilla del siglo XVI, había en este lugar y los alrededores una variopinta actividad comercial, de ahí los nombres que tenían las calles adyacentes:
la c/ Alcaicería de la Loza, telas, calzados, bisuterías y especias. (durante un breve periodo de tiempo fué denominada c/ Empecinado).
en la c/Herbolario, denominada Alcaiceria de los Abatares, se vendian plantas medicinales; en la reconquista pasó a llamarse Alcaiceria de las Especias, en el S.XIV Especias de la Mujer y en el callejero de Olavides aparece con el nombre de Arbolarios.
en la c/ Huelva denominada Especiería de los Hombres, en le S.XV Carniceros por un hospital que allí habia, Confiteros y en el SXIX toma el nombre de Huelva.
Plaza Pescaderias.- Llamada también Costanilla, en el S. XVII y XVIII Gallinería y Caza Grande. En 1815 se establece allí el mercado del Pescado, de ahí Pescadería.

Con el transcurrir de los tiempos y hechos históricos, en la plaza de la Alfalfa se han sucedido los cambios de denominación: plaza del Infante don Fernando, del Espartero, Boquete, de Mendizábal y en 1937 del General Mola. Nada ha afectado a su primer nombre popular, pues desde que se recuerda, todo el mundo la ha llamado Plaza de la Alfalfa, independientemente del nombre que rezase en el rótulo. No es un caso aislado, otro tanto le ocurre a la muy cercana Plaza de Jesús de la Pasión, popularmente conocida por Plaza del Pan.


En 1820, las carnicerías son trasladadas al Mercado de la Encarnación. Este edificio será demolido y el espacio que ocupaba unido al de la primitiva plaza de la Alfalfa, forman una unidad, para que Balbino Marrón en el año 1848 redactara un proyecto para la plaza. Desde mediados del S.XIX, exactamente desde el año 1852, en la plaza se traslada un mercado de compra-venta de animales por mandato del Ayuntamiento de Sevilla con la intención de evitar el peligro que suponía cruzar el puente de barcas para acudir al mismo que antes estaba instalado en el barrio de Triana.

Plaza Jesús de la Pasión.- Parte integrante de lo que en su día fue el Foro romano, entrado en la contigua plaza de la Alfalfa, tuvo esta plaza desde su orígenes una gran actividad comercial, acentuándose en época musulmana, instalandose en ella el zoco,al amparo de la mezquita Ibn Addabas, actual Parroquia del Salvador.
Tras la conquista cristiana, sigue la actividad mercantil, denominandose en el S.XIII Plaza de los Poyos de las Hogazas, con clara referencia a la venta del pan. En los siglos medievales se la denomina de San Salvador, por la inmediata colegial del mismo nombre. También fue conocida como Debajo de San Salvador o simplemente de Abajo.

Al menos desde el s. XVI, se tienen constancia documental que era una plaza porticada, y en sus soportales de columnas habia numerosas tiendas de todo tipo de géneros, hoy aún existen adosadas a los muros de la Iglesia.

En el siglo XVII hace aparición su nuevo topónimo, la Plaza del Pan, debido a que en ella se situaban los puestos de venta de pan, en 1667 se la llamó de la Fruta, en el S.XIXese la denomina como Vieja del Pan. en 1868 se le dió el rotulo de Comercio, en 1914, y debido a una petición de los vecinos se la denominará Plaza de Jesús de la Pasión, en clara referencia a la imagen de mismo nombre que alberga la Iglesia del Salvador. Aunque popularmente, siempre ha sido conocida por Plaza del Pan.

La plaza tiene forma trapezoidal con la base mas ancha hacia Alcaicería y mas estrecha en la desembocadura en la Cuesta del Rosario. Lo que ha caracterizado a esta plaza durante siglos ha sido su valor de centralidad, al estar ubicada en un espacio estratégico, entre la que fuera mezquita aljama y la alcaicería, una de cuyas puertas daba a la plaza.

Desde el siglo XIV, en que aparecen los primeros datos sobre este espacio, está relacionado con una actividad comercial que mantendrá durante siglos; de un lado mercado del pan y, de otro, de pescado, frutas y de otros artículos de primera necesidad.

Toda esta actividad originaba una ocupación intensiva, a lo que contribuía la construcción de tenderetes de madera, haciendo difícil la circulación y originando una gran confusión.

El caserio que se levanta en esta plaza es por lo general del s XX, destacando la situada en sulado norte, conocida como Casa de Pedro Roldan, realizada por el arquitecto Espiau.



Desde aquí partimos por la c/ Villegas denominada en el S. XIV Cereceros, a la cuesta de Rosario, para adentrarnos en la c/ Augusto Placencia y visitar la Iglesia de San Isidoro.- que es uno de los templos que se integran en el grupo de las Iglesias gótico-mudéjares de Sevilla, un templo levantado durante el siglo XIV supuestamente sobre una antigua mezquita, y que experimenta importantes cambios y transformaciones entre los siglos XVI y XVIII.


Por la c/ Luchana, llegamos a la C/ estrella, donde podemos ver un fresco en latin del S. XVII, está pendiente de restaurar su hallasgo es reciente.





Partimos para la c/Pajaritos, en ella vemos una placa conmemorativa a Jacome Cromberger, padre de la dinastía de impresores sevillanos, por haber establecido en esta calle su taller tipográfico. El suministra el primer impreso al nuevo Mundo "Cartillas de Leer".

Desde aquí nos dirigimos a la C/ Bamberg antigua Marmolejos, y a la c/ abades, si nos fijamos en los rotulos de estas calles, están de ceramicas, para no romper el entorno con la estética de los edificios.

Ya en la c/ Abade, visitaremos la casa de los Pinelos.- Este edificio fue construido por uno de los miembros de la familia Pinelo, ricos comerciantes genoveses afincados en Sevilla desde la segunda mitad del siglo XV. El inmueble que hoy ocupa la Academia es el resultado de la anexión de varias casas aledañas llevada a cabo desde principios del siglo XVI por Jerónimo Pinelo, quien lo concibió como verdadera casa-palacio. Muy pronto pasó a ser propiedad del Cabildo eclesiástico, y hasta la Desamortización sirvió de residencia de clérigos, especialmente de canónigos de la catedral. Más tarde, ya en manos de diferentes propietarios, conoció diversos usos, y en los últimos años del XIX y primera mitad del XX fue sede de un establecimiento hotelero llamado "Don Marcos". Desde 1966 pasó a ser propiedad del Ayuntamiento de Sevilla, que lo destinó, tras su restauración por el arquitecto y académico Rafael Manzano, a las Reales Academias Sevillana de Buenas Letras y de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, ésta ubicada en la planta superior de la casa. El edificio está declarado Monumento Nacional.

La Casa de los Pinelo se ajusta a un prototipo de casas-palacio de origen medieval enriquecido con elementos renacentistas. Al igual que todas las casas nobles de la Sevilla de entonces, se organiza a tres espacios descubiertos : el primer patio o apeadero; el patio de honor, en torno al cual se disponen los salones y principales dependencias de la casa; y el jardín trasero, que tiene, como los dos primeros, galerías, fuentes y otros artificios arquitectónicos.
Primer patio o apeadero.




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El patio principal siguiendo la tradición sevillana con frágil decoración en yeso sobre arcos y enjutas apeados sobre columnas de mármol de Génova.

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Las cabezas que aparecen en los tondos de las enjutas de la arquería son de tema mitológico. En torno a este patio se articulan los espacios más nobles de la actual Real Academia Sevillana de Buenas Letras : el Salón de actos, con un bello friso de yeserías con las armas de los Pinelo; la Biblioteca , con valiosos artesonados; la Sala de Juntas; y el despacho del Director, que conserva el escritorio de Fernán Caballero.

Otros elementos sobresalientes del edificio son sus diferentes artesonados con decoración plenamente renacentista. También su fachada, con un interesante torreón con primer cuerpo de cantería y los superiores de ladrillo; la pequeña bóveda renacentista que conduce a la Sala de Juntas; la escalera que lleva a la Academia de Bellas Artes, en una de cuyas salas nació, según la leyenda, San Juan de Ribera, hijo natural del primer Duque de Alcalá, don Pedro Enríquez, y de doña Teresa Pinelo; y el patio interior, con una doble galería de columnas genovesas, una bella fuente manierista procedente del palacio de los Levíes y una estatua de Pomona, obra de Juan Luis Vasallo. La Academia posee también una colección pictórica constituida principalmente por la galería de retratos de sus Directores y otros miembros destacados de la Corporación , así como varios cuadros de pintores del siglo XIX (Carcía Ramos, Gonzalo Bilbao, Domínguez Bécquer, etc.).

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. . . . Torreón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Detalle de la fachada

Continuamos nuestro camino por la c/ Aire, para llegar a la c/ Marmoles.

Uno de los escasos vestigios que nos quedan de la antigua Colonia iulia Romula Hispalis (así denominada en el s. I a.C.) son las columnas de la c/ Mármoles, que se suponen de un templo que existió en este mismo lugar , aunque algunos especialista matizan que quizás sean de un espacio público porticado del s.II d.C.

Solo quedan tres, aunque otras dos, pueden admirarse en la Alameda de Hercules.



Nos dirigimos a la c/ Muñoz y Pabón num. 21, para adentrarnos en la Iglesia de San Nicolas de Baris, que es un explendido ejemplo de la arquitectura y arte sevillano del S. XVIII, aunque contiene obras anteriores.






Por la c/ Virgenes llegamos a la c/ Cabeza del Rey Don Pedro. Antiguamente se llamó "calle del candilejo"
Debe su nombre al busto del rey Pedro I de Castilla que se encuentra en una hornacina de la fachada de la casa nº 30.

Dice una leyenda que el rey Don Pedro solía salir de noche a recorrer la ciudad de incógnito. En una de sus correrías tuvo un altercado con un desconocido, al que mató. Al día siguiente corrió la noticia de que un noble había sido asesinado aquella misma noche. El rey mandó averiguar lo ocurrido, prometiendo colgar la cabeza del asesino en el lugar del crimen. Una anciana testificó que podía identificar al culpable: el propio Rey, al que reconoció porque le crujían las articulaciones. El Rey reconoció su culpa y, para expiar su pena, mandó colocar una efigie suya en aquel lugar.
El busto y nicho actual son obra de alrededor de los años de 1620-30, que sustituyen a otros más antiguos que había en el mismo lugar.

Seguimos por la c/ Águila nos adentramos en la c/ Rodriguez Marín en el num. 2 visitamos la Iglesia de San Ildefonso, De origen visigodo y posteriormente mozárabe, fue proyectado por Julián Barnecilla y construido de nuevo por José Chamorro en 1841.

Templo de estilo neoclásico, presenta fachada con dos torres iguales, que flanquean la portada de los pies precedida de un atrio con verja. Las torres poseen campanario compuesto por tres cuerpos con columnas balaustradas y jarrones.




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